sábado, 17 de julio de 2010

Autobús


Una parada de autobús, su parada de autobús. Se ve a una joven. Lleva puesto un abrigo de invierno, largo, de color verde y un gorro a juego, del mismo color. Ella espera, espera al autobús. El tiempo pasa y con ello los días y las noches. La luz va cambiando, dependiendo de la hora y del día… a ratos es más anaranjada, a ratos no hay luz y a ratos las nubes tapan el sol de tal manera que el día queda de un gris oscuro que no deja distinguir los colores ni las formas con claridad. Ella sigue sentada, sigue esperando su autobús. En ocasiones está sola y en ocasiones tiene gente cerca, a veces esa gente se parece a ella físicamente: mismo color de ojos, mismo tipo de pelo, semejante estatura y porte… En ocasiones, esas personas se parecen a ella en pequeños detalles como: mismo gusto musical, parecidos intereses en la vida, mismos sueños, similares deseos… En ocasiones apenas hay parecido, ni físico ni mental. Hay personas que se quedan mas, personas que se quedan menos, personas que cogen su propio autobús sin mirar atrás, sin mirar a la joven y personas que simplemente desaparecen sin dejar rastro. Ella sigue esperando, espera a su autobús. Las cosas cambian a su alrededor, algunos cambios se realizan de forma imperceptible, pequeños detalles: una hoja seca, una colilla que se apaga sola en el suelo, una gota de lluvia deslizándose por un cristal… Otros cambios son mas bruscos, o al menos se notan mas, de una u otra manera: un árbol que se cae, un nido de pajarillos recién nacidos, una ráfaga de viento que se lleva los cuatro papeles que se encuentran tirados en la carretera…. Ella espera, sigue esperando el autobús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario